En qué consisten los 3 tipos de tratamiento para el EMD

Recibir un diagnóstico de edema macular diabético (EMD) puede dejarle una sensación de estrés y dudas en cuanto a qué hacer a continuación. Un gran primer paso para tomar control de su EMD es comprender las opciones de tratamiento a su disposición. Hay tres tipos principales de tratamientos, a saber: tratamientos con medicamentos anti-factor de crecimiento del endotelio vascular (anti-Vascular Endothelial Growth Factor, anti-VEGF), tratamientos con corticosteroides y tratamientos con láser; cada uno de los cuales tiene sus beneficios y consideraciones propios.

A la hora de decidir cómo cuidar la salud de su retina, debe consultar a su retinólogo para encontrar el mejor tratamiento para usted. La experiencia del EMD de cada persona es única. Por ello, exploraremos estas tres opciones de tratamiento del EMD para que se sienta cómodo al hablar con su médico y, finalmente, elija la opción más adecuada para su situación.

Tratamientos contra el VEGF

La terapia anti-VEGF se ha convertido en el tratamiento más frecuente para el EMD. Esta clase de medicamentos actúa bloqueando o retardando el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos y limitando la fuga de los vasos existentes.

Los medicamentos anti-VEGF tratan el EMD inhibiendo la acción del factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF), una proteína responsable del crecimiento anormal de los vasos sanguíneos. Al suprimir eficazmente el VEGF, estos medicamentos ayudan a estabilizar e incluso mejorar el estado de la mácula, lo que conduce a mejores resultados visuales.1

Uno de los principales retos del tratamiento anti-VEGF es la frecuencia de las inyecciones necesarias para tratar el EMD. Debido a la corta duración de la acción de estos medicamentos, se requiere una administración periódica para lograr y mantener un tratamiento eficaz. Por lo general, los medicamentos anti-VEGF consisten en la colocación de inyecciones mensuales o cada dos meses directamente en el ojo. Si bien pueden causar algunas molestias, se trata de un procedimiento relativamente rápido y sencillo que se aplica en el consultorio. Las inyecciones interfieren mínimamente en la vida diaria, ya que, por lo general, podrá reanudar sus actividades habituales poco después de la inyección.

Tratamientos con corticoesteroides

El tratamiento con corticosteroides es otra opción a considerar si está buscando un tratamiento más duradero. Hay dos corticosteroides aprobados por la FDA para reducir el EMD y mejorar la visión. Estos medicamentos actúan sobre la inflamación y la hinchazón de la retina, que son las causas subyacentes del EMD. Existen dos posibilidades para el tratamiento del EMD con corticosteroides.

La primera opción consiste en la inyección de un corticosteroide de corta duración cada pocos meses. Este método brinda un efecto dirigido y de larga duración con inyecciones menos frecuentes en comparación con las inyecciones de medicamentos anti-VEGF. La segunda opción del tratamiento con corticosteroides ha sido diseñada para liberar de forma constante y continua una dosis baja del medicamento durante un período prolongado, de hasta 36 meses, con una sola inyección. Este método reduce la necesidad de repetir las inyecciones al proporcionar un efecto terapéutico sostenido durante más tiempo. Esta puede ser una excelente opción para los pacientes con EMD que tienen aversión a las inyecciones y prefieren hacer menos visitas al oftalmólogo.

Uno de los posibles desafíos que presenta el uso de corticosteroides es el desarrollo acelerado de cataratas. Otro reto que supone es que algunos pacientes pueden experimentar un aumento de la presión intraocular como resultado del tratamiento. Es importante continuar con las citas periódicas para que el médico pueda monitorear cualquier reacción al tratamiento y proporcionar un tratamiento adicional, según sea necesario.

Tratamientos con láser

Los tratamientos de fotocoagulación con láser normalmente consisten en dirigir un haz de luz láser hacia la parte posterior del ojo para cauterizar los vasos sanguíneos de la retina que tienen fugas. Al abordar con precisión y sellar los vasos sanguíneos con fugas, la fotocoagulación láser puede ayudar a estabilizar la retina y evitar mayores daños.

A diferencia de los tratamientos anti-VEGF o con corticosteroides que requieren inyecciones periódicas, el tratamiento con láser a veces puede completarse en una sola sesión. No obstante, puede no ser adecuado para todos los pacientes con EMD. La eficacia de la fotocoagulación con láser depende de las características específicas de la afección, como la ubicación de los vasos sanguíneos con fugas y la gravedad.

Además, ciertos factores, como la proporción de edema macular significativo o la proximidad a la fóvea (la parte central de la mácula responsable de la nitidez en la visión), pueden incidir en la posibilidad de recurrir al tratamiento con láser. También debe tener en cuenta que la energía láser que se usa durante el procedimiento podría provocar cicatrices o daños en el tejido sano circundante, lo que podría afectar su visión periférica o nocturna.

Elegir el tratamiento de la EMD adecuado para usted puede resultar abrumador ante la necesidad de sopesar las diferentes opciones y procedimientos. Recuerde que su oftalmólogo es un experto en la materia con los conocimientos, la experiencia y la comprensión de su salud ocular en particular para hacer recomendaciones fundamentadas.

Mediante varias preguntas y una exploración ocular completa u otras pruebas, su oftalmólogo podrá diagnosticar adecuadamente su afección y proporcionarle orientación sobre el tratamiento más adecuado para usted. Junto con su médico, puede evaluar cada opción y tomar la mejor decisión para controlar su EMD y preservar su preciada visión.

Fuentes

DME and ME

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